lunes, 28 de marzo de 2011

De enfermedades


Los dolores son rara vez insoportables no? Como si de repente una cortadita de meno de centímetro y medio de largo detuviera tu vida. Pero no te concentres en eso, concéntrate en lo que quieres de tu vida. Es un poco difícil habiendo sido criado por 5 mujeres hipocondríacas. Y resulta que me he contagiado de tantas cosas antes de ti.

Desde los 14 vengo arrastrando adicciones… al café, al cigarro, al habla, a las mujeres, al impresionarme cada dia mas de las cosas mas nimias, a la coca cola, a E entertaintment televisión, al olor de la comida, a manejar mi propio universo. Tantas cosas que de secuela me regalaron una gastritis impresionante. Aún no sangro cuando toso pero con tantas cosas que a uno le recetan lo mas probable es que ya el cuerpo solo esta funcionando a base de impulsos químicos de la farmacia.

Seguramente mis pulmones ya no son lo que antes, mi sedentaria vida con el cigarro y tantas veces que he gritado, muchas veces mentiras, han logrado mermar la capacidad de estos. También hay que recordar que mi corazón ha latido solo lo básico para que mi cuerpo subsista, desde muy chico andaba yo buscando aquel concepto que las películas de hollywood, eso que en teoría pone en marcha tu vida. El amor, tantas veces creía encontrarlo y lo perdí tan fácil.

También el hígado claro está, tanto alcohol ingerido entre pretextos de búsqueda de felicidad, alteración de estados de ánimo y causa y solución de todos los problemas, ha logrado volverlo negro como piedra y probablemente no haya ya salvación para él.

De repente viene un diciembre, uno de los fríos para este infierno tropical, viene y trae consigo la medicina. Muy rápido las molestias se van eliminando. La cortada se va curando con masajes, la gastritis se va por contemplarla en las mañanas, el cigarro, entre dolores y sus besos se va reduciendo. El alcohol sabe dulce cuando viene de su boca, como miel vertida en amargo trago..

El corazón… El corazón de repente se llena de sangre cada segundo, una luz invisible corre dentro de las venas y se manifiesta en mis ojos al verla. Como si eso que no buscaba de repente se asomara a mi vida. Como si fueran solo visiones borrosas las otras veces que creí sentir.

Será acaso que desde el viejo mundo inventaron un remedio para casos terminales como yo? Conversando con el ángel de la muerte, hace unas noches en un bar, después de tantos años tratando de convencerle que tengo remedio, me preguntó de nuevo si quería seguir aquí. Mi última respuesta fue que no quería estar aquí, que no necesitaba su permiso ya para seguir vivo. Ya no estoy en estado terminal por que he encontrado algo que ni siquiera el puede terminar. Encontré amor en un remedio hecho mujer.

Toda medicina tiene fecha de expiración, toda medicina necesita su dosis, una dosis mínima provoca que no se cumpla con el cometido de la medicina, una dosis muy elevada puede matar al paciente. No sé exactamente las indicaciones de este remedio. Pero me ha salvado de la muerte por dentro y me ha hecho de nuevo querer vivir la vida y vivirla a ella…Y la tomaré hasta que la dosis finalmente me mate.

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