las tardes verdes de pecado
y las mañanas de impaciencia
Tus pasos en la veranda
y el pernod, translúcido como la vergüenza
Sabes que has mentido, que fuiste pura traición
Que no quieres arrepentirte
ni dejar su voz ni sus caricias
el deseo te importuna
y su mano te recorre suavemente
desde el triángulo rojo de tu deseo
por los valles húmedos del gozo
Solo el árbol sabe lo que callo
ha recogido en sus ramas tus besos
Y sus raíces solo las riega la indiferencia
Somos imposibles como verdes rosas
y como vientos fríos del verano
Como el corazón partido en tres
seccionado de mentiras
ilusionado de magia del que será
Cual nube es suya, cual lluvia eres tú
y cual luna de que noche, entre tantas, soy yo
Al final solo quedarán estrellas fugaces de culpa
y noches sin lunas y sin amor
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