Hay una ventaja en mi oficina, tengo unos atardeceres de muerte. Cada día parece ser el último de este mundo cuando la snubes se pintan de rosa para despúes llegar a un tono rojizo como de sangre y de tiempo.
A veces creo que el amor es un veneno dulce. O como dice Tabi, como una Seta que nadie sabe cual es venenosa hasta que es muy tarde. creo que se toma en mal el concepto del veneno. No es algo destinado a matar, sino a sobrevivir. hay veces que para que sobreviva el amor tiene que matar. A veces es a uno, a veces al otro, a veces a los dos. El corazón tiene dos opciones, combatir el veneno y quedar devastado y sobrevivir. O dejarse llevar por el veneno hasta que toda su capacidad de amar de nuevo se pierde con el último latido que impulso al veneno.
Ya sin armaduras y haciendo cosas que no estan dentro de mi, la fatalidad llegó al momento de que ese ángel voló sin mi. Ese veneno de acción retardada que el amor nos guarda fue liberado. Y destruyó cada fibra de mi ser. Físicamente me dolía el pecho y las lágrimas no pararon. Ese veneno en mi sistema era muerte dulce de quien ama y no deja. Y... me mató.
En lecho de derrota de lo que mas me importó este año, le pedí al cielo y a las estrellas del infinito que me ayudaran, que me dijeran cual sería el mejor camino, necesitaba ayuda desesperadamente. De noche y via bytes enviados y recibidos me cayó otro ángel. Creo que el ángel que sin estar cerca siempre me ha dado ese apoyo, balance y estabilidad que tanto requiero para funcionar.
El ángel me contó que yo era mas fuerte que el veneno, que la cura y el origen, y solo por una razón.
Soy bueno... aunque no lo quiera soy bueno. Con capacidades para un mal infinito, pero bueno. Y todo lo que necesito para vivir esta en mi. No es deshonra ser como soy, tengo todo lo que necesito y el veneno a final de cuentas.... No me mato
Aún sigo aquí y no me voy a ir...
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